¿Intentas dejar de fumar y no lo consigues? ¿Intentas perder peso y la báscula se resiste? ¿Haces cada año el propósito de estudiar inglés y no lo haces al final? Te voy a explicar una clave que quizás desconozcas y que te puede ser de gran utilidad para ayudarte a entender por qué tus cambios son ineficientes. Con un poco de suerte, es probable que veas tus retos de otro modo una vez que tengas claro cómo funcionan los procesos de cambio.
Analicemos un caso imaginario. Supongamos que en el trabajo te dicen que tienes que mejorar tu escritura e intentar escribir mejor mejorando tu ortografía y tu gramática. Para conseguirlo, haces el firme propósito de ir más despacio al redactar, pones más atención e intentas no cometer faltas. Te esfuerzas por construir oraciones más cortas y que tengan más sentido. Sin embargo, no mejoras. Entonces, decides comprarte un libro de gramática que al principio lees con mucho entusiasmo y, tras varios días, no eres capaz de pasar al tercer capítulo por puro aburrimiento. Otra vez, te apuntas a un curso de escritura, pero después de un mes el ajetreo y tu alto ritmo de vida, no te permiten compaginarlo con tus tareas y lo abandonas. Más tarde te suscribes a un canal de YouTube que habla sobre gramática y que además tiene un curso estupendo para dominar el arte de la escritura. Resulta que te distraes frecuentemente y acabas navegando por Internet perdiendo un tiempo muy valioso y, al final, decides pasar del tema. Lo más que consigues es pasar el corrector de Word. En la oficina te dicen que eso no sirve, que el corrector no corrige bien.
En programación neurolingüística hay un axioma que dice: “el mapa no es el territorio”. Significa que tu visión del mundo no es la realidad. Es decir, lo que ves no es la realidad, es tu visión del mundo. Te lo explico más claramente. Si vienes un día a visitar Toledo y en la oficina de turismo se confunden y te dan un mapa de Córdoba, es imposible que con ese mapa encuentres la mezquita del Cristo de la Luz. Puedes motivarte e intentar ir más rápido y ponerte con más empeño a buscarla, pero estás con el mapa equivocado. Puede ser que tengas una actitud positiva y pienses que con un enfoque más proactivo tengas más suerte, pero sigues buscando con el mapa equivocado. El mapa no es del territorio y por más cambios que hagas en la realidad y por más enfoque optimista y entusiasmo que le pongas al asunto, tu mapa no sirve de nada. Estás haciendo cambios dentro de tu realidad.
Los cambios en la realidad son todos aquellos en los que tú modificas tu conducta dentro de tu propia realidad: empezar a hacer deporte, cambiar la dieta, apuntarte a un curso de mindfulness, etc. Los cambios en tu realidad se caracterizan por tener una evolución progresiva.
Imagínate que tienes un compañero de trabajo al que aprecias muchísimo. Un día, te invita a cenar a su casa y, tras darle una opinión sobre un asunto político, empieza a darte voces de forma agresiva como un energúmeno. De repente, se produce un cambio en tu consciencia de manera radical. Desde ese momento, tu visión de tu compañero cambia absolutamente y la relación no vuelve a ser la misma. Es lo que se denomina un cambio de percepción.
Veamos el ejemplo de la escritura. Para mejorar en escritura no bastan los cambios en tu realidad, porque es como visitar Toledo con el mapa de Córdoba. Necesitas un cambio de percepción: tienes que entender el daño que produces en el trabajo a tus compañeros, el tiempo que pierden corrigiendo tus textos, la mala imagen que genera la organización cuando envía tus textos con frases ininteligibles o con faltas de ortografía. Tienes que comprender el ahorro en tiempo y en dinero que produciría tu responsabilidad, el beneficio que produciría que tuvieras una buena prosa y el respeto que demuestras cuando entregas un texto escrito correctamente. ¿Para qué escribes mal? ¿Para qué necesitas escribir bien? Si no se produce el cambio en tu consciencia, el cambio en tu percepción, tus esfuerzos solamente serán provisionales y no conseguirás un cambio efectivo y firme en tu forma de escribir.
Cualquier cambio en tu vida para ser consistente requiere un cambio doble: un cambio en tu percepción y un cambio en tu realidad. Respóndete que beneficio obtienes de tu conducta actual y que beneficios obtienes de modificarla. Qué es lo útil de escribir mal y qué es lo útil de escribir bien.
Si quieres cambiar, tienes que cambiar dos veces: hacer un cambio en tu percepción y hacer un cambio en tu realidad.
Mucha suerte con tus cambios.
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