Li Ka-Shing, el hombre, más rico de Asia y a quien la revista Forbes sitúa como el noveno hombre más rico de la tierra recomienda dividir tu salario en cinco partes. Las cinco partes no tienen
que ser iguales, sino que tienes que definirlas tú mismo, ya que eres quien mejor conoce tus gastos y tus necesidades. Pero, insisto, lo importante es que repartas en cinco partes, aunque sea con
una cantidad muy pequeña para alguna de ellas. Conforme aumente su salario, podrás aumentar tu presupuesto para todas las partidas. Ésta es la propuesta de porciones en las que
distribuirlo:
Subsistencia. Utiliza una parte de tu salario, ingresos o recursos en pagar tus gastos de modo que vivas de forma razonable.
Paga tu renta, tu alimentación, tu ropa, etc. intentando ser prudente al principio. La cuestión es muy sencilla, si esta partida se lleva todos tus ingresos, algo no funcia bien en tus finanzas personales por la razón que sea. En este caso, yo optaría por reflexionar acerca las verdaderas causas de esta situación y empezaría un plan sistemático para mejorar mi situación económica estudiando cosas nuevas. Además, iniciaría un proceso de adaptación personal a la nueva situación, cambiando sí o sí creencias limitantes. Puedes buscar un coach que te ayude en el proceso, si no puedes hacerlo solo.
Ahorro. Ahorra, aunque sea un euro, pero ahorra.
El futuro es contingente, es decir, todo puede suceder, desde una crisis del petróleo, a un avión que se estrella contra un rascacielos o puedes padecer una enfermedad inesperada. Todo esto puede afectar a tu estabilidad económica de forma inesperada y fulminante, con lo que un pequeño colchón económico puede darte un respiro. Este punto siempre me hace preguntarme por qué la educación financiera no forma parte del currículum educativo de manera obligatoria. Somos analfabetos financieros y encima convertimos en tabú cualquier conversación sobre el dinero porque en nuestra cultura (no en todas es igual) está mal visto. En fin, ahorra e invierte.
Fórmate. Dedica una parte de tu sueldo cada mes a la autoformación.
En una sociedad volátil, incierta, cambiante y ambigua, el modelo de estudiar una carrera y tener un trabajo estable es un sueño anacrónico. Estudia, lee libros, vete a la biblioteca, haz cursos gratuitos que los hay a miles, intercambia conocimientos con amigos. Haz lo que sea, pero sigue en formación continua hasta que no puedas más. De hecho, por qué vas a condicionar a una persona que vivirá noventa o cien años a estar determinada por una decisión de estudiar algo a los 18 años. Piénsalo: si no desaprendes y sigues aprendiendo estás condenado a ser el mismo toda la vida.
Viaja: Sal de tu localidad ya.
La mejor forma de convertirte en una persona ciega y cargada de prejuicios es no moverte de tu contexto local. Con carácter general es saludable salir del entorno de tu ombligo para no convertirte en “ombligocéntrico”. Es decir, si lo que quieres es no ser creativo, no abrir tu mente, no disfrutar de otras formas de ver el mundo, y colateralmente llegar a creer que el mejor aceite de oliva es el de tu pueblo, la mejor paella, la valenciana y que como en España no se vive en ningún sitio, no salgas nunca de viaje.
Haz amigos: Invita a dos amigos a comer o a cenar cada mes. Esta es la idea que me pareció más fascinante de la filosofía de este empresario. Li Ka-Shing recomienda reservar una partida para invitar a dos personas que te aporten algo, que te hayan ayudado, que sean más listos o más ricos que tú. El consejo es preciso: si refuerzas tu red social, refuerzas tus alianzas, expandes tus conocimientos mediante conversaciones y probablemente tus probabilidades de crecimiento personal aumenten.
En conclusión, divide tu salario en cinco bloques, sé perspicaz, aprende y expande tu red social. Al final, si respetas este método, mejorará tu vida, te irás adaptando al entorno, aprenderás, verás otras formas de entender la realidad y tendrás más amigos. En definitiva, es bastante probable que si lo pruebas durante un año completo al final del periodo seas más feliz y lo integres en tu vida como algo normal.