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En realidad, no hacen falta grandes volúmenes literarios, ni sesudos ensayos para impactar en el lector. A veces, uno descubre libritos sencillos, cortitos pero con un poder transformador impresionante. Aunque un coach no da consejos, hoy voy a dar rienda suelta al antropólogo que llevo dentro y al lector compulsivo que ama la literatura sin prejuicios, por el efecto de sus páginas más que por el prestigio o el reconocimiento de su autor. Paso a recomendar cinco libros cortos que a lo largo de mi vida han contribuido a cambiar mi mirada:
Zen en el arte del tiro con arco.
Encontré este libro en una nota a pie de página en “El arte de amar” de Erich Fromm y cuenta la experiencia de un filósofo alemán, Eugen Herrigel, en una estancia en Japón estudiando tiro con arco de manos de un maestro zen. En realidad, es una reflexión sobre el amor hacia cualquier actividad en la que nos embarquemos, sobre la pasión de nuestros sueños. El libro está bastante mal traducido, pero a pesar de eso, es un libro sobre cómo cultivar un arte magnífico.
El elogio de la sombra.
Este libro es un tratado de observación visual, un pequeño ensayo del autor japonés Junichiro Tanizaki que recapacita sobre la importancia de la sombra en el arte japonés. En el fondo, oculta una defensa velada de un modo tradicional de entender el mundo y del gran choque cultural entre Oriente y Occidente tras la Segunda Guerra Mundial. Es, sobre todo, un viaje fascinante por la ausencia de luz, por la penumbra, por la oscuridad. Simplemente, un ensayo delicioso, una exaltación del valor de la sombra, desde el teatro del No al Kabuki o, simplemente, sobre el papel de los brillos en los azulejos de los cuartos de baño…
El principito de Antoine de Saint Exupéry.
Un libro que son muchos libros, una fábula aparentemente trivial, que recoge una metáfora inmensa sobre la condición humana, sobre el absurdo de la existencia cuando es carente de reflexión y se convierte en inercia, un triste cuento desde la inocencia de un pequeño príncipe que habla con un zorro, con una serpiente y con otros personajes que representan arquetipos y símbolos contemporáneos. Un libro iniciático al que hay que volver periódicamente, para calibrar nuestra brújula y, desde luego, para cualquier edad.
El hombre en busca de sentido.
Viktor Frankl fue un neurólogo y psiquiatra austriaco que pasó por cuatro campos de concentración en la Alemania nazi, perdió su familia, sus amigos, sus posesiones. A pesar de eso fue capaz de comprender que un ser humano, aún en las situaciones más extremas dispone de algo que nadie le puede quitar: su actitud. El libro es un relato estremecedor sobre la condición humana en situaciones extremas, donde los límites de la dignidad se convierten en fronteras borrosas y donde la supervivencia y la compasión conviven cada día. Este es un libro que sí o sí tienes que leer.
Los Papalagi de Tuiavii de Tiavea.
Puede considerarse el primer ensayo antropológico hecho de nosotros, los civilizados europeos, por el jefe de una tribu de Samoa, unas islas del Pacífico, que viajó a Europa durante los años 20. Un antropólogo recogió los discursos con los que este viajero singular trataba de explicar a los nativos cómo era la cultura de los papalagi, los hombres blancos.
Por encima de todo, el libro es un ejercicio de extrañamiento, un espejo poderoso en el que vernos reflejados y un texto con el que te mueres de la risa en frecuentes ocasiones. Desde luego, un librito con ilustraciones incorporadas que facilita la lectura para todos los públicos.
Finalmente, me gustaría señalar que todos los libros que he seleccionado tienen un elemento común: son obras cortas con un inmenso poder de expandir nuestra conciencia y ampliar nuestra visión del mundo.