Una experiencia brutalmente bella: poesía inyectada desde la voz de su creadora, hibridando acordes de blues con sílabas postmodernas. Un diálogo entre aliteraciones con armónicos chirriantes, de metáforas cargadas de denuncia social con acordes abiertos, de evocaciones sexuales metonímicas con síncopas y tresillos, de juegos literarios y melodías emocionantes. Un placer redescubrir el enorme talento que encierra esta ciudad. Un proyecto genial que no te puedes perder si tienes la oportunidad.
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